viernes, 9 de diciembre de 2011

Last days from December.


Querid@ V:
El flequillo se me vuelve a caer en un ojo, como siempre. Ya he dejado de soplarlo, qué más da, es la misma batalla que ya me he resignado a perder. Llevo una camiseta de pijama que en realidad no lo es. No la he cambiado en tres días, los mismos que hace que no salgo de casa.
Tengo la boca seca, con un sabor extraño. No importa cuánta agua beba o cuántas veces me lave los dientes, no se va. La única luz de la habitación proviene de la pantalla del ordenador. Tengo los ojos inyectados en sangre, creo, y a mi alrededor reina el caos. Tengo un pez medio muerto en la pecera y no recuerdo cuándo comí por última  vez.
 No dejo de escuchar la misma canción, en bucle, mientras me abrazo las rodillas en la silla. Mi mente es un caos.  Leo las confesiones de un desconocido que, joder, parece saber al milímetro lo que pienso, en una puta conexión tan  perfecta que probablemente nos odiaríamos si llegáramos a conocernos.
Y QUÉ. Tengo ganas de arañaros, de despreciaros, de morderos y patearos hasta que se agote esto. O hasta que me agote yo. Probablemente nunca tendrá fin. Echo tanto de menos mi gangrena, mi podredumbre.
Quiero ser especial. Ya está, ya lo he dicho. Viva el egocentrismo. Quiero no ser igual que esos millones de personas que caminan por la calle y a los que desprecio en grado sumo, esos que ni siquiera han llegado a intuir la vastedad. Y cuánto les envidio por ello. Tienen toda su vida cuidadosamente trazada [parejafiestacarreratrabajohipotecacocheniños] y van a ser felices con ella. O al menos van a creer serlo, que viene a ser lo mismo. Siempre fui de la escuela de los que piensan que más vale conocimiento infeliz que ignorancia satisfecha, pero qué caro cuesta pertenecer a ella. Qué caro.
Quiero saber, conocer, analizar. Quiero saberme distinta, día tras día. Quiero avanzar. Quiero que mis ojos se acostumbren a la oscuridad, de una vez por todas, porque la luz prometida no me alumbrará. En realidad, nunca ha existido.
Quiero un abrazo, un beso, una caricia. Quiero un silencio.
Quiero alguien que me susurre la mentira de la penitud.
“My David don't you worry
This cold world is not for you”

W.


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