Desnúdame.
Quítame la ropa como si fueran pétalos de rosa, con
delicadeza, despacito.
Roza mi piel. Provócame escalofríos.
Deshazme.
Deshazme en ti.
Túmbame, aráñame. Atraviesa mi piel. Y mi alma. No te dejes
nada, ni un rinconcito. Quémame.
Hazme olvidar que prometiste que estarías aquí. Que a la
hora de la verdad, resultó que tú tampoco tenías alas. Que no fuiste capaz de
rescatarme.
Rózame con tus labios. Mírame. Ámame. Entiérrame. Ciérrame
los ojos.
Date la vuelta.
No vuelvas nunca.